Mi trabajo se centra en el desnudo tanto femenino como masculino. El mismo se apoya en la sinergia entre el modelo y yo. En la búsqueda de un lenguaje de representación, la comunicación entre ambos es fundamental ya que el trabajo se enriquece en un ida y vuelta, que de no existir, terminaría en algo hueco y sin espíritu.
En este juego de abrir una ventana que lleva al espectador a introducirse en el mundo privado de alguien, el cual se encuentra en la situación mas vulnerable en la que cualquier ser se pueda encontrar como es la desnudez, el modelo juega el papel de ignorar la situación, y el espectador queda en el papel del voyeur, fisgón de aquél que espía sin que el otro lo sepa.
De esta manera la obra lo confronta con sus límites o sus reservas, que podría poner en conflicto su actitud ante la sexualidad, admirando o rechazando la desnudez.